Inversión de la curva de tasas ¿Qué significa?
La inversión de la curva de tasas 10 a–2 a: una alerta adelantada que requiere contexto
La curva de tasas 10 a–2 a mide la diferencia entre el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años y a 2 años. En un entorno “normal”, la tasa a 10 años es superior a la de 2 años, compensando al inversor por asumir un horizonte de tiempo más largo. Cuando este diferencial se vuelve negativo —es decir, los bonos a corto plazo rinden más que los de largo plazo— hablamos de inversión de curva, una señal histórica de tensión en el mercado de tasas. ¿Por qué ocurre? La política monetaria de la Fed empuja las tasas cortas al alza cuando combate la inflación, mientras que las expectativas de menor crecimiento o precios más bajos tienden a reducir las tasas largas. Ese desajuste —curva invertida— ha precedido a varias recesiones en EE UU.
No obstante, invertir la curva no es una sentencia de recesión inmediata, sino un anticipo con desfases que pueden extenderse varios trimestres. Actuar precipitadamente al primer cruce puede resultar costoso si la economía resiste más de lo esperado. Para refinar esta señal, incorporo dos “filtros” de confirmación:
Media móvil de cuatro semanas de nuevas solicitudes de subsidio por desempleo: un aumento sostenido señala deterioro en el mercado laboral, reforzando la señal de la curva.
Expectativas de inflación: una caída persistente muestra que el mercado descuenta un enfriamiento de la demanda y de los precios, alineándose con la visión de una política monetaria restrictiva que finalmente impacta el crecimiento.
Clave para analistas e inversores: reconocer la inversión de la curva es esencial, pero comprender cómo y cuándo intervienen los factores macroeconómicos y laborales determina si realmente nos enfrentamos al inicio de un ciclo bajista. Solo así podemos anticipar con rigor una posible recesión y ajustar nuestras carteras sin quedarnos colgados de una falsa alarma o llegar demasiado tarde al mercado.